llueven lágrimas...

A veces uno ve historias como la de Johan Steven Martínez, hijo del sargento de la policías Libio José Martínez y queda realmente aterrado. Es increible que un niño espere toda su vida , hasta ahora, a que aparezca su padre después de 13 años de secuestro y lo que reciba sea un ataúd. Tristemente la realidad de muchos niños es una adultez forsoza y una angustia en lugar de la niñez.


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